Ileana Agramonte, se vio obligada a renunciar a su vida en la República Dominicana para emigrar a los Estados Unidos a la edad de 9 años. Dijo que, aunque era joven, pensaría que esos recuerdos y sentimientos se volverían muy débiles, pero en cambio, recuerda el vacío y la ira que sintió cuando mi madre estaba al teléfono explicándole que esta era la oportunidad que no podía dejar pasar. se expresó "cuando mamá me dijo que no tenía otra opción y que me iba a ir en una semana, sentí que las lágrimas me corrían por la cara". Ella me explicó la sensación de subir al avión así como la de bajar. Mirando hacia atrás, sintió como si se estuviera alejando de una vida de amor y familia luego entrar en un territorio desconocido sin un amigo o un primo por una sensación de seguridad.  A pesar de que su historia de migración no fue tan agitada como la de otros que tuvieron que viajar en condiciones climáticas extremas o entrar ilegalmente, aún tuvo que superar las barreras emocionales, la más grande fue el sistema educativo. Cuando Ileana cumplió 14 años empezó la preparatoria y me contó cómo le falló el sistema educativo pero donde realmente le hizo efecto fue en toda la preparatoria. Debido al hecho de que Ileana no hablaba inglés con fluidez y el plan de estudios no era el mismo en RD, no era la estudiante más brillante. A pesar de que ella dice que parecía que ser exitosa no estaba destinado a ser para ella, de alguna manera ella hizo que todo funcionara. 

– Nayeli Agramonte

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