Desde el olor de la agua de pasta con laurel hirviendo en la estufa, hasta el olor del comino, y el sonido de la licuadora. Los espaguetis es una de mis comidas favoritas, tanto que yo me aprendí la receta para que cuando se me antoje yo la pueda hacer. Había días en los que yo llegaba de la escuela con la nariz parada buscando mis espaguetis. Lo malo es que a todas les sale diferente; a mi mamá le sabe de una manera, y a mi abuela le sale de otra. Siempre disfruto de los dos, pero más cuando mi abuela me lo hace porque a ella la veo muy poco. Solo la he visto como seis veces en todo mi vida, trato de disfrutar cada momento y cada plato que viene de ella. Esto representa mi lado mexicano porque es una receta que muchas de las casa siguen allá en México. La mamá de mi papá y la de mi mamá la usan, es algo que me recuerda a las pocas veces que las veo y siempre me consienten. El viaje de esta receta empezó con mi abuela y su mamá en México. Después de allí mi abuela le enseñó a mi mamá y despuês de eso mi mamá me la enseñó a mi. Yo pienso a enseñarselo a mis hijos y que ellos puedan disfrutar de algo que a mi me trae mucha felicidad y recuerdos de mi niñez y los tiempos pasados con mi abuela y mi mamá.

– DS

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